El premio Príncipe de Asturias y Marcos Ana
06/07/2009
Pascual Serrano/ Rebelión
por Pascual
Serrano —
Distintas personas y colectivos han creado una plataforma
para apoyar la candidatura del poeta comunista Marcos Ana al Premio Príncipe de
Asturias de la Concordia. No me disgustaría que le fuese concedido pero creo que
no se lo merece. No se lo merece el príncipe de Asturias por supuesto. Marcos
Ana, con 89 años, es la persona que más tiempo seguido ha pasado en las cárceles
franquistas, veintitrés. Fue condenado a muerte, torturado y encarcelado por
oponerse a la dictadura franquista. Sus poemas y su libro “Decidme cómo es un
árbol”, son un ejemplo de humanidad y coherencia. Felipe de Borbón no tiene el
mérito suficiente para que una persona de la envergadura moral de Marcos Ana
tenga que soportar en su curriculum un premio con su nombre. Los galardones
valen tanto como lo que evocan, en muchas ocasiones toman su denominación de
ejemplos de personas que son un referente en la materia valorada. Por eso existe
un Premio Cervantes para la literatura o un Premio Ramón y Cajal de
investigación científica. Un premio Príncipe de Asturias para Marcos Ana
supondría conceder a una persona que representa la lucha contra la dictadura
franquista, el sufrimiento por defender sus ideas y la sensibilidad para seguir
reivindicando el diálogo y la convivencia, un premio denominado con el nombre de
otra persona que no cuenta con ninguno de esos méritos y cuyo cargo procede de
la misma dictadura que encarceló a Marcos Ana y de los principios de desigualdad
y privilegio contra los que tanto luchó y lucha todavía el poeta.
Es evidente que quienes están apoyando la candidatura de Marcos
Ana lo hacen con todo el cariño y admiración. Pero es bueno comparar el valor y
el sufrimiento del poeta durante la dictadura con el del padre de la
denominación del premio; comparar la lucha por la democracia de Marcos Ana con
la complicidad y sumisión de la monarquía. Que ahora quieran denominar con el
nombre del príncipe Borbón un premio para Marcos Ana es un infausto ejemplo de
burla y tomadura de pelo a los ciudadanos y a la historia.
Yo propongo
que cuando Felipe de Borbón haya trabajado veintitrés años por la democracia y
la justicia en España –ojo,
trabajando- le concedan el “Premio Marcos Ana".
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