POR FIN LA ESCUELA
Aquella mañana Violeta se levantó, se diría que mientras se vestía coqueteaba. Momentos después, tranquilamente, se acercó a ese rincón de la habitación, depositó un poco de agua en la palancana que tenía sobre ese lavabo de hojalata. Parecía que no tenía prisa, era la primera y su premio era el poder lavarse con el agua limpia, agua que después utilizarían su padre y sus hermanos, pues escaseaba.
La felicidad era que ese día llegaba al pueblo un maestro, por fin el pueblo tendría escuela y ella con once años era una de las agraciadas, pero cuando se levantó su padre y preparó los desayunos, Violeta despertó.
Lavó y vistió a sus tres hermanos, como todos los días, pues eran huérfanos. Ella se encargaba de estos y de las tareas de la casa, mientras su padre trabajaba.
3 comentarios:
per a scomençar he de dir que m,agradat mol el teu compte i que te una introduçio molt popular i es molt bonic
me ha gustado mucho tu micro relato es muy bonito y me parece que es como la vida misma sigue escribiendo mas animo
M' ha agradat molt els minicontes. Enhorabona als autors.
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