domingo, 10 de enero de 2010

LA SONRISA ETRUSCA

Hace aproximadamente 25 años que se publicó La sonrisa etrusca, tal vez ya no queden muchos abuelos como Salvatore, pero en nuestra memoria seguro que tenemos algún personaje parecido. ¿Te animas a contárnoslo? ¿Hay alguna anécdota de Salvatore que te haya traído algún recuerdo?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay algunas anecdotas graciosas, como la del orinal, actualmente es un objeto desterrado de las casas, solo los bebés utilizan el orinal, pero no hace muchos años había un orinal debajo de casi todas las camas, o escondido en la mesita de noche.
También me llama la atención el sentimiento de odio tan profundo en Salvatore, creo que es un sentimiento algo pasado de moda, ahora intentamos "no odiar" aunque solo sea por nuestro propio bien.
¿Què ocurriò entre Salvatore y Cantanotte?
Rosario

Anónimo dijo...

Valencia 18/01/2010


Termine hace unos días de leer “la sonrisa etrusca” de José Luis Sampedro

Como sabéis es el segundo libro de los que estamos en el club de lectura.

Me parece un libro extraordinario. He reído, llorado, me han entrado unas tremendas ganas de conocer esas estatuas que tanto llenan la vida de ese hombre y sobre todo me ha hecho recordar. No a mis abuelos a los que no conocí pues los dos murieron mucho antes de que yo naciera. Me ha hecho recordar a mí padre que como Salvatore era un hombre de ideas muy claras, con un carácter fuerte y tierno al mismo tiempo, era capaz de sacrificase (en el mas amplio sentido de la palabra) por cualquiera y si era de su familia mucho más. También en su forma de vivir hay un cierto parecido, pero en su enfermedad y en su muerte fueron iguales. Según palabras textuales de mi padre “de película”.Me ha gustado muchísimo.
A.H.M.

Anónimo dijo...

Estoy leyendo por segunda vez "La sonrisa Etrusca". A pesar de que la leí hace muchos años siempre la he recordado con verdadero cariño, me impresionó y me sigue impresionando el caracter fuerte, rudo, compartido con una sensibilidad extraordinaria, capaz de empeñarse en aprender a "dominar" un botón para así tener el placer de vestir a su NIÑO.
c.l.f.