Una vez más, nos reunimos para diseccionar un libro, un grupo tal vez pequeño, pero escogido, de cirujanos literarios, y aunque en esta ocasión el paciente no tenía cura, con sus órganos hemos podido salvar a otros enfermos.
Así es, el libro ha sido considerado de forma negativa por casi todos los asistentes, parte de los cuales ni siquiera han terminado de leerlo: cuatro monjas, después de un largo viaje, intentando vestir a un puñado de indios, sin que ocurra nada más, no ha sido muy del gusto de la mayoría. Sin embargo esto nos ha hecho buscar soluciones, viajar por nuestra cuenta a otros países, e incluso a otros continentes: hemos estado en Perú, donde las gentes son sencillas, amables y hospitalarias; en Cuba, donde hay mucho más que ritmo; en Mozambique, donde la pobreza no excluye la hospitalidad, y donde la belleza de sus habitantes raya a veces en lo divino... en fin, que siempre es una alegría pertenecer a este club de lectura.
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