jueves, 24 de mayo de 2012

A propósito de "La curvatura del empeine"


Perversógrafo:
Sexo por todos los orificios corporales, masturbación en todos los orificios y protuberancias, sexo con estatuas, animales, zapatos, fetichismo de pies, trasvestismo, voyeurismo, lesbianismo, estupro, violación, vampirismo, sacrilegio, enemas, bondage, zoofilia (con una camella), exhibicionismo, frotterismo, beso negro, tríos, orgías, dominación y como sea que se llame cepillarse a la madre. La verdad, no dejó fuera muchas "perversiones", y nosotros no hemos querido censurar el libro. Ahora queremos saber si hay autocensura, y para eso os proponemos lo siguiente: contadnos lo que queráis: vuestras fantasías sexuales, alguna experiencia erótica, algún deseo insatisfecho, o satisfecho... en fin, lo que os apetezca, cualquier cosa que vuestra propia autocensura deje volcar en este espacio... ¿os atrevéis?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sexo y comida,me parece estimulante el sexo intercalado con una buena comida.

CLUB DE LECTURA dijo...

Bien por el anónimo que ha roto el hielo, a ver si alguien más se anima.
Y me parece estupenda su idea de intercalar el sexo y la comida, buen sexo y buena comida,pero que la comida no sea en la cama, que luego las migas molestan.

Anónimo dijo...

Yo se que no soy muy original pero me gustaria revozar a mi pareja con chcolate y lamerle todo el cuerpo ¡ya esta!

CLUB DE LECTURA dijo...

¡Otra buena idea! Y una persona más que no se autocensura, ¡bravo!

Anónimo dijo...

El sexo en pareja puede ser excitante y maravilloso, pero... no olvidemos que nuestro cuerpo nos pueda dar grandes satisfacciones en solitario. Aunque parece que has encontrado todos tus rincones eróticos,sigue buscando, seguro que hay massss

CLUB DE LECTURA dijo...

También estoy de acuerdo,¡bien por el amor propio! El que se ama a sí mismo, está en disposición de amar mejor a otr@.

Anónimo dijo...

La imaginación al poder!Parece ser que en el amor no hay nada sucio.
Pues ala, hagamos el AMOR y no la guerra.

Marijose dijo...

Esa creo que es la frase clave: en el amor no hay nada sucio. La suciedad está ahí fuera... ¿o era la verdad? ¡qué más da!