De la noche a la primavera
Exactamente eso es lo que he sentido al ver estos cuadros. También podría haber dicho de la tinta a la textura, o pinceladas de optimismo, o…. pero ha sido primavera.
En su exposición anterior, Javier Villa nos enseñó una colección de tintas que, a pesar del omnipresente negro - o precisamente por ello - eran unos cuadros evocadores, sugerentes, llenos de promesas. Recuerdo que era como pasear por su diario: papeles llenos de ideas, de dedos, de pulso.
Hoy cambia de técnica y de paleta. El negro siempre presente, se deja acariciar, invadir, casi ocultar, por colores llenos de luz y vida, por pinceladas que rinden homenaje a maestros.
En estos días tan cargados de pesimismo, la contemplación de estas obras nos refuerza en la creencia de que no todos los hados nos son adversos, que hay sitio para la esperanza, que los sueños se pueden alcanzar: hay puertas que la luz impide cerrarse, rojo de frutos nuevos, violetas y esmeraldas, fuego y mar, pequeñas pisadas, la huella de los dedos en la piel, mucha vida - trémula y violenta - mucho que esperar de alguien que se está convirtiendo en un contador de historias.
Sofía de Andrés. febrero 2012
más información...
No hay comentarios:
Publicar un comentario