viernes, 9 de noviembre de 2012

EL NOMBRE DE LA ROSA

El nombre de la rosa es, sin lugar a dudas, uno de los mejores retratos de la baja edad media. Puede que en algunos aspectos carezca de rigor histórico, pero la habilidad con la que aparecen representadas algunas de las ideas clave para comprender este periodo es inigualable. Con el teocentrismo medieval de fondo, y la crisis incipiente de una época que se termina, El nombre de la rosa es un vehículo excelente para adentrarnos en la comprensión de un periodo histórico al que no siempre se le presta la suficiente atención, aunque actualmente sea el período preferido para gran parte de las novelas de tinte fantástico.
Al parecer, según el propio autor, el inicio de la novela fue el entusiasmo de Eco por asesinar a un monje, y después del primer asesinato llegaron otros más, quedando en manos de Guillermo de Baskerville la labor de encontrar al asesino, cuyo móvil no es otro que evitar que salga a la luz un libro sobre la risa, escrito por Aristóteles, y que terminará quemado en las llamas de la ignorancia.
"-La risa es un viento diabólico, que deforma las facciones de la cara y hace que los hombres parezcan monos.
-Los monos no ríen. La risa es propia del hombre.
-Como el pecado."
"La risa es propia de los hombres simples."
  • "Pero que ocurrirá si por culpa de este libro, los hombres doctos declaran que es permisible reírnos de todas las cosas. ¿Podemos reírnos de Dios?!El mundo desembocaría en el caos!"

"Y ahora que estoy viejo, muy viejo, debo confesar que de los rostros que se me aparecen del pasado el que veo más claro es el de esa joven con quien nunca he dejado de soñar durante todos estos años. Fue mi único amor terrenal aunque nunca supe ni averigüé su nombre."

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