viernes, 12 de febrero de 2010

Luis del Romero nos contesta

Hola, queridos lectores: Ante todo, muchas gracias por haber leído mi cuento y por haberos tomado la molestia de escribir una crítica. Algunos me preguntan cómo se me ocurrió la idea de un maniquí humano. Fue al leer una entrevista con un inventor japonés que auguraba que en un futuro cercano la gente se acostumbrará a vivir con muñecos. Por tanto, mi cuento por desgracia no resulta tan fantástico. Si convertí al muñeco en un ser humano fue para mostrar uno de los males de nuestra sociedad: la soledad y la inseguridad en las relaciones humanas. Somos capaces de hacer inventos prodigiosos y no hemos avanzado apenas en las relaciones humanas. Kenzo es una muestra de ello: se siente más seguro con un muñeco que con una persona, y eso es algo más frecuente de lo habitual. Otro lector me pregunta por el cambio de miradas: eso se debe a que la empresa sustituye a la mujer de carne y hueso, capaz de sentir lástima por Kenzo, por un muñeco frío y aséptico. Nada más. Os doy las gracias por haber leído el cuento, tanto a los que les ha gustado como a los que no les ha convencido. Y, por último, si tiene un matiz machista se debe a que la sociedad lo es (basta con ver la diferencia de ususarios masculinos y femeninos de la prostitución, que en el fondo es una muestra de inseguridad y del fracaso de las relaciones humanas) Y enhorabuena por vuestra escuela y por vuestro magnífico blog. Luis del Romero

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